Seguir, siempre seguir. Nunca parar. Parar te corta como a la mayonesa, te mira fijamente a los ojos y te dice: "no continúes". Y tú te atolondras y no sigues. Nunca recuperas el ritmo. No digo que no sea bueno caer. Tampoco que no sea buena la calma. Pero la calma, el silencio, no son sinónimos del STOP. Ese maldito es-top que te dice que bajes los pies de la moto. Lo que quiero decir es que no te arrepientas de hacer algo porque haya terminado. Los recuerdos también se pueden saborear (casi igual de bien que el presente). ¿Para qué pensáis que hacemos fotos entonces? Las fotos son la sal de la memoria, hacen que los recuerdos sepan más. Y los proyectos hay que llevarlos a cabo, hasta el final. No se pueden dejar a medias. Hablo del club de conversación. Hablo de planes de verano o de intentos de hacer deporte. Me lo digo a mí misma.
jajaja desconocía es foto!
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