martes, 23 de octubre de 2012

Espectros, muchos espectros






Esa extraña necesidad de perdurar y decir cosas profundas y completamente ciertas. Pues vaya, no me gusta. A mí me gusta decir tonterías. Por eso cada vez que me pongo a escribir frases acerca de la vida, o de grandes momentos, o de la sociedad, me río de mí misma. Me doy un poco de pena, la verdad. Pero bueno, para no pegarme a mí misma he decidido que me peguen otros. Así que aquí estoy, abriendo un ciclo de deporte violento: kick y rugby. Estoy de broma, claramente. Creo que hice muy bien en apuntarme a rugby, es sin lugar a dudas mi deporte. Pero en realidad tampoco sé por qué escribo estas cosas, si a nadie le va a importar lo que haga o deje de hacer. Aún así, y como este sitio es mío y sólo mío, y me quedan pocas entradas que repartir antes de cerrarlo (parece que hablo de un concierto, ¿eh?), voy a hacer lo que me apetezca.
Adiós a los chicos, hola tatuaje. Me gusta el rugby, me gustan las cicatrices y las uñas pintadas. Y necesito otra buena tanda de optimismo para unas semanas más como ésta.
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miércoles, 10 de octubre de 2012

A little more for little you

Puede que tenga un problema. O no. La verdad es que no lo sé. Ni yo misma me entiendo. Me gustaría saber qué es lo que quiero. Me gustaría haber estudiado psicología para poder autopsicoanalizarme. Necesito saber si todos estos planes me llevan a alguna parte, la verdad es que por ahora me encantan. Pero no sé si me siento mejor simplemente por estar más ocupada. Necesito saber si busco algo parecido al amor, o tan solo algo de atención (debería averiguarlo). Sé que en ciertas posiciones la cabeza me duele del cansancio. Que estoy matriculada en más asignaturas de las que debería. Que las clases de kick boxing me agotan pero me encantan. Que me muero por alquilar ya nuestro local/refugio. Que me estoy planteando seriamente apuntarme a clases de rugby. El resultado es que llevo casi una semana sin recaer, sin perderme. Y hace mucho mucho tiempo que no tengo un día rojo.
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Eso sí, no sé si me estoy acercando a la felicidad. Porque yo creo que la felicidad (que a todo esto no creo que exista) es un sentimiento continuo. No tiene que depender de con quien estés. No tiene que depender de las cosas que hagas, ni de cómo te vayan. Ni de cómo te lleves con la gente. No tiene que depender de tu forma física. En resumen, y por eso me parece tan difícil alcanzarla, es algo que tiene que depender sólo de ti mismo, de tu "fortaleza" mental por llamarlo de alguna manera. En fin, no sé. Llevo intentado averiguar algo acerca de ella desde que me hicieron el cuestionario de Proust.




jueves, 4 de octubre de 2012

Un nuevo '98, pero sin corriente, qué se le va a hacer




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