viernes, 7 de septiembre de 2012

It's electrifying¡!

No hace mucho conocí a un chico marroquí. Su estilo de vida digamos que era completamente distinto al mío. Ese chico se acerco de noche a nosotros en una playa perdida en una reserva natural al norte de Marruecos y nos ofreció unos vasos de té moruno, el mejor té que puede existir. Dando un paseo al cabo de un rato me lo volví a encontrar, y estuvimos hablando, aún no sé muy bien en qué idioma. La verdad es que me invitó a su "casa", por llamar de alguna manera a aquella cabaña al borde del mar en la que casi no cabía una cama, a fumar un tipo de pipa de hachís típica marroquí cuyo nombre no recuerdo. Suelen decir que estoy loca, pero lo que realmente me empujó a hacer aquello fue que en el fondo comprendí que eramos completamente iguales. Porque uno en cada continente, cada uno con su forma de vida, ambos buscábamos claramente lo mismo: LIBERTAD. Y hablamos acerca de aquello. Él creía que su libertad estaba al otro lado de esos 14 km de mar. Tenía planeado cruzarlos un año después. Sin embargo yo veía la libertad en una vida mucho más próxima a su vida que a la mía. Una vida sin tanta seguridad por todas partes, sin tanto CONTROL. Y la verdad es que aquella paradoja me puso triste, aunque aún no distingo del todo si fue el efecto de la hierba. Porque él buscaba una vida parecida a la mía, mientras que yo buscaba una más cercana a la suya. Y eso me hace comprender que no nos regimos completamente por ideas claras, sino por el continuo rechazo a nuestro estado actual. Si creemos que la sociedad no nos controla por ir al revés, justamente sigue controlando nuestros pasos de forma inversa.


P.D.:He de decir que mañana voy a por flores para mi cuarto. Y que voy tachando cosas de todas las listas que tengo pegadas a la ventana.


9

No hay comentarios:

Publicar un comentario