jueves, 6 de octubre de 2011

they don't like my dirty hair



Siento que las palabras nunca son suficientes. Mi mundo está peor que nunca y nadie parece haberse dado cuenta que todo está del revés. Dicen que el cerebro tarda tres días en acostumbrarse. Que si miras a través de unas gafas que lo vuelven todo del revés, a los tres días ves bien, y si te las quitas vuelves a ver del revés. No creo que mi cerebro tarde setenta y dos horas en volver a la normalidad. No creo que mi cerebro vuelva jamás a la normalidad. Y bueno, más que un adiós es un lohepasadogenial. Sé que aunque todo sea negro, en realidad es un velo que yo misma creo a mi alrededor. Tengo entendido que el pesimismo no es más que una forma de protegerse del miedo al fraude; ¿qué más da? odio la extraña manía que tenemos de justificarlo todo, de buscar siempre una maldita explicación. Es posible que ahora parezca que todo se reduce a un desfile de pensamientos anacrónicos. en las fachadas arden los recuerdos grabados. mi cabeza juega con las ideas igual que el aire de una habitación con el humo; ascienden, chocan contra el techo, bajan hasta el suelo y quedan circulando sin rumbo fijo. en repeat. jugamos a intentar controlar lo que pasa en nuestras mentes, pero hay imágenes inscritas contra las que no se puede competir. Serán siempre las mejores. No me siento con fuerzas como para explicar, hablar o simplemente mencionar. Seguiré buscando las fuerzas otra vez y ya veremos en tres días lo que sigue grabado.

1 comentario:

  1. Yo tampoco me siento con fuerzas; pero al leer entradas como la tuya sé que merece la pena seguir adelante.

    Gracias.

    Un beso.

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