domingo, 29 de julio de 2012

Du, du, du

La lluvia me confirmó lo que ya sabía. La tormenta me pilló en un descapotable azul marino, por la carretera. Sólo se me mojó el brazo que sacaba del coche (me encanta sacar el brazo, hacer bailar mi mano). Ahora ya tengo la confirmación de que este verano está siendo puro, completamente puro. Fantástico, sin manchas. Porque todo se complementa en perfecta armonía. Siempre he pensado que una buena vida necesita equilibrio. Y aquí lo tengo. La lluvia lo limpió todo, y dejó ese perfecto olor a polvo mojado y no hizo más que intensificar esta sonrisa, y los miles de pensamientos optimistas que se amontonan en mi cabeza desde hace casi un mes. Y mañana recomienza todo, nuevos vuelos, nuevas historias. Me encanta cazar, y más con esta mochila.



Marruecos, here we go!

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