sábado, 21 de enero de 2012

Estamos tan absurdamente desesperados por sentir algo, lo que sea, que buscamos inútilmente en clichés agotados o en sueños subastados. No existe un final feliz para todos. Hay que saber ver que la belleza está en la imperfección. Y sí, nuestro mundo es una mierda. Bueno, no una mierda muy grande, pero puede llegar a serlo. Estamos definidos y más definidos. Y somos muchos números. Las cifras de un dni, de un número de teléfono, del parking, de la seguridad social, de 0 a 10 en un examen, la nómina, la matrícula del coche, la cola de la pescadería. Sabiendo que no estamos contentos, no hacemos nada para mover el mundo de su sitio, simplemente nos movemos nosotros para acomodarnos a él. Y luego nos quejamos.

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